martes, 15 de junio de 2010

Soneto XXV

Fíjate, mujer, que la flor que adorna
ayer solo pequeño botón era;
fíjate, tiempo pasa, nunca espera
de juventud a marchitarla torna.

Y el mismo tiempo reirá con sorna:
mudará en vejez la edad temprana,
ya que no es la voluntad humana
la que de este tiempo la puerta entorna.

Pasado al verano la primavera,
no vuelve el tiempo en que la flor se afana;
cuida pues de no quedarte dormida…
cuida pues de aprovechar bien la vida:
belleza que en ti muera mañana
esa, seguro que jamás volviera.

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