viernes, 18 de junio de 2010

Soneto XCIII

Mi niña, quiero darte una esperanza;
paloma, para ser libre en el viento,
vivir feliz la vida sin tormento
quedando desatada de mudanzas.

Mi niña, hoy te ofrezco esta alianza:
sentirte y que tu sepas lo que siento;
El más puro cariño que alimento
lo guardo por ser, por tu bonanza.

Mi niña, desespero por tu dicha:
que te sientas feliz, crezca tu calma
desplegada en el viento de la noche;
paloma, y tu sonrisa ponga el broche
brillante a la caricia de mi alma
y olvide el desespero y la desdicha.

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