martes, 15 de junio de 2010

Soneto XLVI

Lo mismo que la brisa un junco mueve
tus ojos a mi alma están moviendo
y doy todas mis fuerzas resistiendo
por no dejar tan fácil que me lleve.

Por eso es que mi vista no se atreve
mirarte, que al mirar miras queriendo
si miras desde el fondo y sonriendo
cual brisa eterna y suave y blanda y leve.

Muéveme, que mirar eternamente
la mirada graciosa de tus ojos
si al amor lleva y en amor dispone
prefiero amarte solo y sin enojos
prefiero que mi amor mi alma te done
a amarte en un suspiro y solamente.

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