Me quedo con tu risa de inocencia
de tu cara por rizos enmarcada;
de tu voz que es muy dulce y musicada
elijo el claro acento y su cadencia.
De tu suave calor, benevolencia;
de tu benevolencia, casi nada:
las veces que me abrazas con clemencia
dejándome de amor la piel grabada.
Y tomo de tus manos las caricias
de niña que no espera recompensa;
mujer que amando al límite se entrega.
Y en esto que mi amor tu fe compensa:
Tú entera, tu cariño me doblega,
elijo de ti, fuente de delicias...
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