viernes, 18 de junio de 2010

Soneto XCVII

Caminando y rodando y arrastrando
Los pies en los sombríos bulevares
van doliendo los ojos como mares
Y en el pecho una llama va llorando.

Los árboles se inclinan sollozando
para ver que destemplados avatares
cambiaron su alegría y sus andares;
“Más triste está que ayer”, van murmurando.

Y él triste va hollando su camino
Los ojos anegados, sin fortuna
¿qué tienes?- le preguntan los gorriones-
¿qué lágrima te mancha inoportuna?
y él se para y se limpia de emociones:
"La lluvia me caló la faz sin tino"

No hay comentarios:

Publicar un comentario