martes, 15 de junio de 2010

Soneto XXII

Espíritus del fuego y el invierno,
Yo os pregunto: ¿Por qué quiero la vida?
¿qué me ata a esta vida sin que yo pida
tiempo y más tiempo lejos de este infierno?

¡Venid! Sombras del tortuoso Averno;
llevaos de mi lado estos despojos,
que el tormento me lleva a ver los ojos
de la muerte y su mirar eterno.

Ya no quiero este cuerpo que esta muerto
Ya no quiero mi vida, desgraciada
Pues el mañana ya fue ayer, corriendo:
No encuentro complacencia; estar despierto
Para ver que la prórroga dejada
Nunca halla un corazón que esté sintiendo.

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